Señor Don Fernando Prieto, Presidente del C.R.D.O. Vino de Valdepeñas.

Autoridades e invitados,

Sras. y Sres., Valdepeñeras y Valdepeñeros,

El tiempo de los calendarios, martillo inexorable de los acontecimientos, cita a Valdepeñas cada septiembre para recoger de su memoria inmediata lo mejor de sí misma.

San Agustín afirmaba que “la memoria es un santuario vasto, sin límite, en el que se llama a los recuerdos que a uno se le antojan”. Pero hay recuerdos que no necesitan ser llamados y siempre están ahí mostrando su rostro sin descanso. Comparto con Juan Gelman la teoría de que “Las heridas no cerradas, laten en el subsuelo de la sociedad como un cáncer sin sosiego. Su único tratamiento es la verdad. Y luego, la justicia. Sólo así es posible el olvido verdadero. La memoria es memoria si es presente.”

Aun así, no hay que olvidar, porque en el campo ambiguo de la memoria siempre perdura la posibilidad de la existencia de un mito vivo. Hogaño, en Valdepeñas, se llama doscientos años de un Seis de Junio y han querido “estos tiempos mezquinos, estos tiempos de penuria”, como los calificaba Hölderin, ensuciar la memoria de una hazaña, el nombre de un artista y el benévolo gesto del amor de un pueblo por quienes, despreciándolo o premeditadamente no queriéndose sentir parte de él, han entendido que la política puede justificarlo todo, hasta el olvido de la memoria, y no es verdad.

 Doy gracias al cielo -aunque dudo de su existencia-, el gobernar un pueblo que ni sucumbió al ejercito de un emperador, ni se ha dejado involucionar por la torticera maledicencia de quien, no teniendo deuda con nuestra memoria, se quiso servir de ella para manipularla.

Obvio observar que me he servido del conocimiento de otros para citar el presente. Discurso de citas que aquí se acaba y que quise utilizar, porque no es necesario plagiar el conocimiento, sobra con citarlo.

Lo que sí es necesario saber es que hace doscientos años los ciudadanos y ciudadanas de esta ciudad, que es la mía, y hoy de quienes la hacen posible, pagaron con sangre su nombre y el membrete de su escudo. Y es necesario saber que quienes hemos querido honrar la memoria con un “desesperado”, elevándolo a monumento, nos hemos visto abocados a una lucha por la razón que tantos monstruos creó y crea en la historia de España por quienes, queriéndose más a sí mismos y a sus intereses, matan al César bajo el alegato de que a Roma la quieren más. Qué importancia tiene esto ahora, mucha, ya queda dicho, primero la verdad y después la justicia, porque sólo así es posible honrar la memoria y a quienes la hicieron.

Yo me enorgullezco hoy, de lo que a todos nos honra, un monumento que graba un frontispicio en la historia de España con las palabras del General Castaños: “Valdepeñas hizo el servicio más grande que pudiera imaginarse en obsequio de la independencia de la nación”. Fueron gestos como estos los que muchos años después hicieron que un rey, desde este suelo, pronunciara, para que quedara grabado en el obelisco que hemos inaugurado, que Valdepeñas es “Adelantada en su amor a España, casa grande de Europa, campo de paz y tierra de ventura”.

Quien no la sienta así, sea también bienvenido, pero absténgase de juzgarnos. No somos un pueblo que se siente como los bichos de vinagre, haber nacido sin padre ni madre. Somos hijos de quienes nos hicieron y a fe que nos hicieron bien, para ello, a las pruebas me remito.

He leído es estos días, donde los periódicos rememoran en extraordinarios las mil y una casuísticas de nuestro pasado, que nos hemos encasillado en el 1808 y de ahí no salimos. Llevaba razón el crítico, aunque obviaba que es el 2008 la cita de un bicentenario que ha dado de sí, y seguirá dando, mucho de lo bueno que está por venir. Como ha quedado patente en las ponencias que en breve serán publicadas, gracias al trabajo de  la Comisión del Bicentenario, a cuyos miembros desde aquí doy las gracias por su desinteresado trabajo y esfuerzo.

Y nos recordaban también para bien, que buena parte de la historia de Valdepeñas se la debemos a mujeres que dejaron su impronta en nuestra existencia. Doña Berenguela, reina de Castilla y reina consorte de León, por que nos fundó hace ochocientos años liberando nuestras fronteras de conquistas sorteadas a las Órdenes Militares, y doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, porque nos dio el título de Ciudad del que hoy nos servimos. Ciertamente que este pueblo tendrá que devolverles los gestos, pero este año tocaba Juana La Galana que ya nos preside en gesto de frenar a aquellos que pretenden agredirnos.

En años precedentes, me he servido de esta ocasión para rememorar la semblanza de cuanto nos preside, en este también lo haré con una reflexión añadida. Hace ahora cinco años que un grupo de mujeres y hombres que en esta legislatura se repiten, soñamos para Valdepeñas el pueblo en el que nos hubiera gustado nacer, no porque en el que nacimos fuera imperfecto, sino porque era manifiestamente mejorable, ampliando sus prestaciones hasta cerrar un ciclo con el que Valdepeñas pudiera, y hoy puede, equipararse a cualquier ciudad del mundo.

En un repaso sucinto de las nuevas infraestructuras podría enumerar la ampliación de los servicios y las instalaciones del Hospital, que no sólo vela por nuestra salud sino por la de toda la comarca, los Centros de Salud, el Centro Clínico de resonancia magnética, El Centro de Atención a Enfermos de Alzheimer que, entre todos, hemos de ampliar en estos cuatro años en una Residencia para la que desde aquí solicito la solidaridad y las donaciones económicas, el nuevo Centro de Día para Mayores en el Barrio del Lucero, el Centro de Rehabilitación Psicosocial y Laboral -que a partir de octubre amplia sus servicios con un Piso Tutelado-, el Centro de Atención Primaria junto al Centro Ocupacional y Centro de Día para Discapacitados Psíquicos, que en breve entrará en servicio, el primer Centro de Educación Especial de referencia de Castilla La Mancha, la guardería del Carmen a la que en los próximos tres años sumaremos una nueva en Cachiporro y otra en el nuevo Valdepeñas, los Centros Sociales en los que tenemos cabida todos, desde el Centro de la Comunidad Gitana, a los credos que nos hacen, sean estos Evangelistas con su nuevo templo o el de la Iglesia Romana con su nuevo Centro de Apostolado de Los Llanos, etc. etc.

Otro tanto se podría decir de las nuevas infraestructuras culturales o administrativas, como la Bodega de Los Llanos y las Bodegas A-7 que ya son patrimonio de todos los valdepeñeros/as, o la recuperación del Casino de la Confianza, el Museo de los Molinos y Ciudad de Valdepeñas, ahora reinaugurado, y las del Teatro Auditorio Municipal donde nos encontramos con esta nueva sala insonorizada. La recuperación de los antiguos almacenes de Cortes y Merlo como Sede Administrativa del nuevo Ayuntamiento, así como la restauración del antiguo edificio de la Casa Consistorial que se inaugurará en la navidad próxima.

Retahíla de logros, que aquí ocupan un párrafo pero que han surgido del esfuerzo colectivo de este pueblo que ha ampliado ostensiblemente en este año sus espacios públicos con tres nuevas plazas: la de Los Llanos, la de Mayo y la nueva plaza de la Constitución, que se suman a los pequeños pero necesarios espacios verdes que se han abierto en los últimos tres años, como son la plazoletas de RENFE o la Molineta, unidas a los nuevos pulmones del paseo ciclo-turístico del Peral, al que le hemos sumado veinte mil m2 más de zonas verdes para recreo de todos, el paseo de la antigua carretera de Torrenueva, el Paseo de la calle Luna o el recientemente abierto Parque “Virgen de la Cabeza”, la ampliación del paseo sobre el canal de la avenida Primero de Julio hasta la calle de Tomás de Antequera, que junto con otras veinticinco han sido urbanizadas, o el ahora en obras nuevo Parque de la calle Amapola. En definitiva, pulmones y espacios públicos para la ciudad que nos merecemos.

Como nos merecíamos mejores instalaciones deportivas, por eso las hemos mejorado y a las nuevas piscinas públicas como la de Consolación y El Peral, o las pistas en Cachiporro, se sumarán, en los próximos meses, las nuevas pistas de tenis y campos de fútbol del nuevo Polideportivo del Sur que ya tiene en uso su nuevo Pabellón Cubierto y frontones de pelota, una nueva sede administrativa y sus zonas de aparcamientos.

Este podría ser el pueblo en el que soñamos nacer, pero hemos de hacer ahora el pueblo en el que queremos que nazcan nuestros hijos. Y ese pueblo pasa por tener más suelo Industrial y a los quinientos mil metros cuadrados del Parque Empresarial Entrecaminos, amortizados hoy en un ochenta por ciento, vamos a sumar medio millón de metros cuadrados más para grandes empresas, junto con el suelo ya disponible del Polígono del barrio de Cachiporro, los del barrio del Lucero y los dos millones y medio de metros cuadrados ya reservados en el Plan de Ordenación Municipal, ahora en su última fase de aprobación. Y vamos a poner en marcha el Centro de Iniciativas Empresariales de Economía Social, cuyo edificio ya está terminado, para que los jóvenes empresarios dispongan de unas instalaciones modernas que les permitan ser competitivos e iniciar una andadura sin la frustración de cómo iniciarse.

Ese futuro que ya asoma, necesita de una oferta educativa suficiente -y una vez cerrado el ciclo educativo con el Bachillerato Artístico- y modernizados todos nuestros colegios públicos, para este curso escolar se cumple la promesa de que Valdepeñas tenga un Ciclo Formativo de Restauración y Bar cuya matricula está abierta en nuestro Centro de Formación Profesional.

Como necesita el futuro de grandes vías de comunicación, por eso hemos llegado a un acuerdo con la Diputación Provincial para el arreglo, mejora y ensanche, de todas nuestras carreteras comarcales en los próximos cinco años. La llegada de la Autovía del IV Centenario, cuyas obras ya están iniciadas junto al tren de Alta Velocidad previsto para el 2011, que será el 2012, porque los políticos ponemos fechas y los arquitectos modificados que las alargan, harán que nuestra ciudad goce de una inmejorable red de comunicación, sea por carreteras, tren o avión, dado que la autovía entre Ciudad Real y Valdepeñas nos deja a menos de veinte minutos del aeropuerto de Ciudad Real.

Estas comunicaciones han de ser igualmente fluidas en nuestro casco urbano, por eso el trabajo de los últimos tres años ha tenido su recompensa con la eliminación del paso a nivel en la calle Torrecillas, la apertura del nuevo paso bajo la vía en el Puente del Hierro y el nuevo vial que desde este punto comunica la Avda. Primero de Julio con la circunvalación Sur, evitando la congestionada calle Seis de Junio. Y continuando en esa línea, está en marcha un nuevo paso bajo el ferrocarril en el Puente de los Llanos que, ampliando el ahora existente, nos facilitará la entrada y salida a Valdepeñas desde la zona noroeste, y la comunicación entre el Parque Empresarial “Entrecaminos” y el Polígono de la Avda. del Vino, gracias al gran vial en fase de ejecución que supondrá un primer tramo de la circunvalación Norte y ayudará a evitar el tránsito de vehículos pesados por el casco urbano.

Bajo este nuevo vial discurrirá un colector de cinco por tres metros que permitirá la evacuación de las aguas de tormentas, que no pocos disgustos nos han dejado en la memoria inmediata de los valdepeñeros y que junto con los trabajos realizados a lo largo del Canal de la Veguilla consistentes en la elevación de los puentes, nuevos muros laterales y cubrimiento del tramo entre la rotonda del Quijote y el Parque del Este, vienen a cicatrizar unas heridas incomprensiblemente omitidas hasta ahora. En definitiva, serán estos años los de las grandes infraestructuras que dejarán consolidada la ciudad en la que merecen nacer nuestros hijos. Y sobre todas ellas, la solvencia de que Valdepeñas nunca más volverá a tener sed.

Así, a las infraestructuras ya terminadas o en fase de trabajo, como la nueva Depuradora que entrará en funcionamiento el próximo año, la nueva canalización de agua entre el pantano de Fresneda y el Depósito Regulador, que tendrá una mayor capacidad de transporte y evitará las perdidas de agua que se producían con un ahorro del veinticinco por ciento, la impermeabilización del Depósito General, la sustitución de las antiguas tuberías de plomo y eliminación de finales de red, la construcción del nuevo Depósito Regulador en la zona de Las Aguas para abastecimiento de los barrios de Cachiporra y El Peral, la concesión por parte de la Confederación Hidrográfica del Guadiana del uso del agua del Pantano de La Cabezuela, tal y como anunciaba el año pasado desde esta misma tribuna y la nueva Potabilizadora en la cabecera de este Pantano, que hoy anuncio y que permitirá duplicar el abastecimiento de la ciudad, cierran un ciclo hidrológico difícilmente imaginable hace tan solo unos años.

A lo apuntado hasta aquí, hay que añadir el mayor logro conseguido para consolidar nuestro abastecimiento del preciado líquido, como es que ya esté en fase de adjudicación el ramal CINCO de la Tubería de la Llanura Manchega, construido exclusivamente para que Valdepeñas pueda, en un ciclo de sequía prolongado, tener agua de boca procedente de la cabecera del Tajo. Hoy es fácil contarlo, pero ayer nos separaban treinta kilómetros de tubería y treinta y cinco millones de euros, que es el presupuesto para que el agua del Tajo llegue ya potabilizada a nuestro Depósito Regulador.

Pero Valdepeñas es mucho más que lo que hace por si misma, hoy por hoy, es una Ciudad pujante y de referencia en el contesto de nuestra Comunidad y de nuestro País. Valdepeñas está de moda. Si hace cuatro años fue sede nacional para la celebración del cuarto aniversario de la edición del Quijote, el año pasado fue la sede de un Campeonato del Mundo de Pelota y este año será, dentro de unas fechas, la sede de la Noche del Turismo de Castilla La Mancha. Por eso no es de extrañar que en los últimos tiempos los medios de comunicación nacionales se ocupen de lo que nos ocupa, por lo que a todos les doy las gracias y muy en particular a la cadena Onda Cero, que durante agosto me ha dispensado la deferencia de contar con mi persona como tertuliano de un programa de referencia nacional.

Como observará, Sr. Embajador de la Federación de Rusia, no ha llegado usted a un pueblo cualquiera, pero tampoco diré yo que extraordinario, porque lo mejor de Valdepeñas son sus gentes. Donde no hay calidad humana, todo es estío, y este alcalde se congratula de contar con mejores ciudadanos, ciudadanos como:

Don Jesús Maroto López-Tello, que así como el que no quiere la cosa nace en un pueblo de La Mancha, este, y se instala durante cincuenta años en Japón. Hoy eso no tiene mérito, pero hace cincuenta años tenía su aquel… Quiso ser soldado, se hizo Jesuita, se casó, tuvo dos hijos y durante treinta y cinco años ha sido profesor en la Universidad de Tokio, donde hoy dirige el Centro de Cultura Este-Oeste, y para más santo y seña es amigo personal de D. Adolfo Nicolás, Superior de la Compañía de Jesús, doy fe de que hay peores compañías. Ya ven ustedes, ironías de la historia, dos reyes de este país expulsaron a los Jesuitas y hoy un alcalde viene, en nombre de su pueblo a nombrar a un arrepentido, HIJO PREDILECTO DE VALDEPEÑAS, porque hay embajadores que hacen a un pueblo, y en su trayectoria, Don Jesús Maroto López-Tello nos ha hecho mejores a nosotros. Jesús, bienvenido casa.

Hoy entregamos dos Medallas de Oro de nuestra Ciudad:

La primera me hubiera gustado entregarla por otros motivos, le entregamos la MEDALLA DE ORO de nuestra Ciudad a los hombres y mujeres que forman parte de la Comisaría Local del Cuerpo Nacional de Policía de Valdepeñas, y aunque el motivo por el que la reciben es por su ejemplar trabajo en el esclarecimiento de un hecho luctuoso, Valdepeñas se la hubiera entregado igual, porque con sus vidas han demostrado proteger la nuestra. Gracias y enhorabuena.

La otra MEDALLA DE ORO, se la entregamos al Instituto de Enseñanza Secundaria “Bernardo de Balbuena”, una institución que han hecho múltiples hombres y mujeres que a lo largo de setenta y cinco años han formado a otros tantos, que son muchos más, que somos todos y que inexorablemente es Valdepeñas. Sin este Instituto, sin quienes lo han hecho en este tiempo, seríamos peores.

Cuantos hasta aquí habéis tenido la deferencia de seguir mis palabras, convendréis conmigo que el único lenguaje que de verdad llega a Dios es la música. En Valdepeñas esa lengua se ha hablado, se habla y se siente, porque una familia de apellido Ibáñez durante cien años ha madrugado y trasnochado y quiero recordar aquí al penúltimo de la penúltima saga a D. Antonio Ibáñez Braña, que hoy no ha podido venir, se lo vamos a disculpar porque desde hace unas fechas esta dándole clases particulares de solfeo a Dios, en el que creía, y del que diré para recordarlo en los brazos de su compañera, las hermosas palabras de Machado: D. Antonio Ibáñez Braña, “era en el buen sentido de la palabra, un hombre bueno”. Por eso le entregamos a su obra la Agrupación Musical “Maestro Ibáñez”, LA MEDALLA DE LAS BELLAS ARTES “GREGORIO PRIETO”.

Y entregamos con sumo gusto y reconocimiento la MEDALLA DEL DEPORTE “CARIDAD ORTEGA” a Dña. Ana Belén García Antequera, no me extenderé en su currículum que ya ha sido dado a conocer, baste con decir que ha sido preseleccionada para participar en las Olimpiadas de Pekín, ya ves Jesús, metamorfoseando, podemos decir que el Imperio del Sol Naciente nos hace y nos convoca a los valdepeñeros este año hacia el Este. Enhorabuena y gracias por tu ejemplo Ana Belén.

Queda poco, hasta yo me canso de leer, discúlpenme los oyentes, pero quiero detenerme con particular afecto en D. Domingo Osorio Díaz, este hombre, aquí donde lo ven, tan poquita cosa que parece, no ha estado en Tokio, no ha sido nunca detenido por la Policía Nacional (que yo sepa), no estuvo en el Instituto Bernardo de Balbuena, de hecho tampoco pudo ir a la escuela y posiblemente, el único deporte que conozca es el de correr de sol a sol para llevar un trozo de pan a los suyos y a su casa. Pero este hombre, ha mantenido vivo un patrimonio local y centenario como es nuestra Plaza de Toros y lo ha hecho gratis. Gratis, una palabra que hoy ha dejado de utilizarse por obscena. Este hombre que no fue a la escuela, que no hace deporte, que en Pekín o Tokio no se le ha perdido nada, sin mayor horizonte que el círculo del anillo de la Plaza de Toros y sin mayor estancia que sus corrales, supo hace mucho tiempo que “es de necios confundir valor con precio” y por eso hoy tu pueblo, Domingo, te hace entrega de la MEDALLA AL SERVICIO DESINTERESADO A LA COMUNIDAD. Gracias por tantos años de gratis.

Saludo, igualmente, nobleza obliga, a nuestro hoy Pregonero y ayer Hijo Predilecto D. José Antonio Caminero, del que todo lo que tengo que decir ya lo dije el año pasado y nos lo ha dicho él en su pregón.

Y como no, bienvenida a Valdepeñas a Dña. María Rey, nuestra Vendimiadora 2008. Querida amiga, quiero que sepas que se llega a Valdepeñas, pero rara vez de ella se sale, es esta una ciudad universal sin murallas ni puertas, pero necesita de gentes que como tú puedan nombrar su vino. Querida María, te digo lo que ya dije a tus predecesoras, esto no es de gratis, te hemos hecho Vendimiadora de Valdepeñas para que nos nombres y si alguna vez se te olvida recuerda, que un día, este pueblo te quiso.

Discúlpeme, llego un poco tarde para atenderle, pero aquí estoy, Sr. Embajador de la Federación de Rusia, para darle en nombre de mi pueblo las gracias por su presencia. No le diré lo que le acabo de decir a nuestra Vendimiadora, aunque también pudiera. Pero usted representa a un pueblo y eso es mucho más. A un pueblo que como mi país lleva más de mil años intentando encontrarse en esta terca Europa que no acaba de quererse. Todos los que aquí estamos tenemos un peso de historia que nos confunde, pero en el camino hemos aprendido que: “todo lo que queremos nos quiere / aunque no quiera querernos / nos dice que no y que no, / pero hay que seguir queriéndolo”. Son versos del poeta español Pedro Salinas que para el caso me sirven, porque su país, como el mío, como el de todos los pueblos, no se puede resumir en un pronombre personal y hemos de reconocer que en algún momento de la historia nuestros padres nos engañaron, eso fue todo.

Hoy estamos aquí para encontrarnos, ¡Cómo podemos tener más de mil años de historia de una geografía común y no conocernos!, y lo que es más triste, necesitarnos. Yo le he presentado aquí, esta tarde, parte de un pequeño pueblo, de un gran sueño que se bautizó en la literatura universal con un loco-cuerdo llamado Alonso Quijano, pero el territorio que le dio forma era real, se llama La Mancha, y en él hay gentes que se quieren y se quieren dejar querer. Espero que su estancia entre nosotros sea tan grata como la esperanza que pusimos en conocerle y que encuentre en este pueblo parte de esa granada rota que todos llevamos en el corazón. Que el vino que nos hace, le sirva al paladar del pueblo ruso con el mismo amor con el que lo elaboramos, porque ustedes y nosotros tenemos en común muchas cosas, pero todas ellas se resumen en una, somos hijos de nuestra generación y hemos llegado hasta aquí para encontrarnos, si nos perdernos una vez más, seremos un pronombre personal imperdonable.

Sr. Embajador, yo no le he invitado a mi pueblo porque a uno no se le invita a su propia casa, siéntase en ella, y aunque una copa de vino Valdepeñas difiere en grados de un vodka Ruso, ambas tienen en común, que en los labios, son también un beso. Sea bienvenido y muchas gracias por estar aquí.

Gracias a todos. Muchas gracias.